Hay una serie en Amazon Prime llamada Britannia, es un drama-ficción que habla sobre la conquista romana de Britania y su conflicto con los pueblos nativos de la era. El reparto de actores es genial, la fotografía impecable, el dialogo excelente y la trama muy interesante…el único problema que tiene la serie son las escenas muy, pero muy inapropiadas que de vez en cuando salen y en ocasiones rayan en la pena ajena. Este es el común denominador de los medios masivos, producción de calidad con una obsesión patológica con el sexo. Muchos se preguntaran, “cual es el problema?” “Eso solo es el precio que debemos de pagar (aguantar) para disfrutar de entretenimiento con calidad.” El problema es que ese contenido sexual tiene un efecto directo en la salud mental de las personas, en especial los adolescentes. Según un estudio publicado por Baptist Press revela que el 85% del entretenimiento producido entre 1950 al 2006 tiene contenido sexual. Las películas con clasificación “R”, que es contenido sexual explícito, representan el 30% de las películas en términos de producción, “R” es la categoría más dominante tanto en cantidad y ganancias en las taquillas. Dicho de otra manera, la industria del entretenimiento nos está bombardeando constantemente con contenido sexual explícito y hemos desarrollado un callo moral tan grueso que ni cuenta nos damos de que nos está afectando. Aunado a esto, la temática sexual explayada en los medios es una tergiversación de su propósito natural y bíblico; es una visión del sexo tan corrupto y fantasioso que ni siquiera está basado en una realidad práctica. Una y otra vez la industria de entretenimiento nos crea la imagen falsa del sexo como algo casual, una actividad recreativa y --paradójicamente-- banal, algo que no conlleva ninguna consecuencia más allá de lo momentáneo. Esto obviamente es una falsedad, no importa la cantidad de veces las productoras intenten redefinir la sexualidad, no se puede tapar el sol con un dedo; la versión del sexo que nos tratan de adoctrinar es incongruente y lo peor es que ni siquiera hace sentido. Que lógica tiene que veamos los actos íntimos de las personas en un televisor? Apoco es imposible entender una historia sin escenas provocativas? Si la industria del entretenimiento nos está mintiendo, entonces la pregunta es, cual es el entendimiento adecuado sobre el sexo? Para responder esto, primero que hay que entender que a diferencia de lo que las películas fomentan, el sexo no es un acto meramente casual, verlo de ese modo es promover egocentrismo y superficialidad. Cuando aceptamos la manera en que la industria del entretenimiento nos alimenta esas mentiras inadvertidamente estamos promulgando ideas que reducen a las personas a herramientas o procesos, a verlas por su apariencia, buscar el beneficio (placer) que nos puedan proveer, a no valorarlas por lo que son: personas hechas imagen y semejanza de Dios. Esta visión permite arrancarles el alma a las personas y reducirlas a aparatos con fines hedonistas. Lo segundo es que el sexo es una expresión que va más allá de lo físico, es un acto de intimidad que afecta tanto cuerpo, mente y alma. Este efecto es similar a la medicina, puede tener un lado positivo como también negativo, y al igual que este, cuando se mal usa las consecuencias son desgarradoras y duraderas, algo que fue creado para bien puede convertirse en la fuente de una permanente tragedia. La tercera parte es que debemos ser lo suficientemente valientes para admitir lo obvio, la única manera adecuada de entender el sexo es bajo el contexto monógamo-heterosexual. Dicho de otra forma, fuera de la relación del matrimonio (hombre-mujer) no es posible tener un entendimiento propio y puro del sexo, por ende, cualquier alternativa fuera de la mencionada anteriormente es una corrupción.
Imagen: Steve Halama, @steve3p_0
Muchos protestaran tratando de encapsular lo que los medios hacen bajo el manto de la libertad de expresión, y, a lo mejor pueden tener razón, después de todo, puede ser considerada una manera de expresión, pero el hecho de que sea una expresión valida no la hace benigna. Un ejemplo de esto es el aborto, es legal en la mayor parte de los países occidentales, pero eso no le quita su malvada y perversa naturaleza, agréguenle a esto que las consecuencias del aborto son muy dañinas en la sociedad. Lo alarmante de la situación es que la industria del entretenimiento ha dañado la salud mental de la sociedad a cambio de que unos cuantos se hagan más ricos de lo que ya son. Actualmente, 57% de los adolescentes de entre 14 – 16 años admiten que usan los medios masivos para obtener información y guianza en temas de sexualidad. Esos mismos adolescentes confundidos representan potenciales adultos pervertidos. Lo que los medios están propagando es un atentado psicológico contra los futuros adultos. Si como sociedad estamos dispuestos a abandonar y distanciarnos de la fe cristiana por culpa de unos ministros pederastas, por qué no estamos dispuestos a abandonar Hollywood, Netflix, Hulu, Amazon, News Corp., (dueña de la “conservadora” Fox News), y todas las demás compañías que usan sus medios para enriquecerse por medio del desalme y daño psicológico de nuestra juventud?
Imagen: Nathan Dumlao, nathandumlaophotos.com
Britannia ofrecía un potencial increíble, pudo haber ayudado a muchas personas a comprender la historia de occidente, personas que batallan en un aula o que están bajo la tutela de un maestro(a) de historia incompetente. Imagínense la cantidad de jóvenes aprendiendo sobre las legiones romanas, el salvajismo druida, la organización del imperio más poderoso de la época, etc., pero no, todo esto se va a la deriva porque unos productores creen que es imperativo que veamos personas en su brusca intimidad para poder entender una historia.
Rara vez tengo tanto tiempo de sobra como para regalárselo a una serie televisiva (después de todo, soy padre de familia), ciertamente es decepcionante ver que las alternativas de entretenimiento están saturadas con ideologías que atentan contra el bien común. Si deseamos cambiar esta tendencia, en vez de demandar que estas compañías modifiquen su contenido (es obvio que caería en oídos sordos), deberíamos apoyar las compañías que producen contenido sano, aun nos cueste más caro, de lo contrario no saldremos de este estancamiento moral.
Pax et Bonum,
- Luis
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