Los demócratas se rehusan a escuchar a su base. En un mundo vanidoso donde los “likes” son moneda la esencia y profundidad de un argumentos pasa a segundo plano, ojo no digo que es algo bueno, simplemente describo la realidad imperante. Hoy en día lo que importa es escandalizar independientemente si es ético o no, falso o verdadero. Esto lo entiende Trump, y lo entiende mejor que nadie. Décadas bajo el reflector le han dado la agilidad de poder enfrentar cualquier reto que los periodistas le tiren para así contraatacar con sagacidad y sin piedad alguna.
La audiencia demócrata busca eso, en otras palabras: quieren sangre (figurativa y literal). Quieren a alguien que orgullosamente promueva el infanticidio sin pena ni tapujos, que aplauda la sodomía como virtud, un político que ataque con voracidad a la religión y con desdén mantenga a la iglesia adiestrada, en un ámbito estrictamente de exhibitorio, como una reliquia moderna. Un líder que sin los menores escrúpulos solape las demandas populares de ultraje bienes ajenos, y se ajuste a las constantes demandas desmoralizadoras del hombre moderno y a su vez oprima cualquier virtud que se oponga hacia esa agenda. Alguien más voraz que Trump, con más ambición que Hillary Clinton, con el cinismo de Obama, y el descaro de Buttigieg, pero, por encima de todo dispuesto(a) a trolear a los enemigos de la causa demócrata las veces que sean necesarias. Aún no ha surgido esa persona, y hasta ahorita lo más cercano a las aspiraciones de la base demócrata es Bernie Sanders, alguien que no tiene una oportunidad contra un Trump envalentonado. Es evidente que los mandamases del partido Demócrata no están dispuestos a considerarlo como una opción.
Conforme vaya avanzando este ciclo electoral empezaremos a ver cómo las personalidades de los candidatos se van imponiendo, y de estas, por ahora hay dos que están tomando el liderazgo en el partido: La de Sanders y la de Bloomberg. Si esta trayectoria sigue su curso, será interesante ver cuál sea la que conquista las riendas del partido, la de Bernie Sanders explotando la envidia, o la de Bloomberg, explotando la ambición.
Excellent analysis
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